sábado, septiembre 22

Capítulo 67. Rayuela (si tuviera que poner todos los que me gustaron..)

Me estoy atando los zapatos, contento, silbando y de pronto la infelicidad. Pero esta vez te pesqué, angustia, te sentí previa a cualquier organización mental, al primer juicio de negación. Como un color gris que fuera un dolor y fuera el estómago. Y casi a la par (pero después, esta vez no me engañás) se abrió paso el repertorio inteligible, con una primera idea explicatoria: “estoy angustiado porque... etc.”
Las ideas a vela, impulsadas por el viento primordial que sopla desde abajo (pero abajo es sólo una localización física). Basta un cambio de brisa (pero qué es lo que la cambia de cuadrante?) y al segundo están aquí las barquitas felices, con sus velas de colores. “después de todo no hay razón para quejarse, che”, ese estilo.

Me desperté y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la noche que tuve un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba.
En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño, medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje. Náusea, sensación insoportable de coacción. Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días. Es monstruoso. Es inhumano.
Antes de volver a dormirme imaginé (vi) un universo plástico, cambiante, lleno de maravilloso azar, un cielo elástico, un sol que de pronto falta o se queda fijo o cambia de forma.

Ansié la dispersión de las duras constelaciones, esa sucia propaganda luminosa del Trust Divino Relojero.

miércoles, septiembre 5

Demonios

"..el grado de velocidad es directamente proporcional a la intensidad del olvido. Pueden deducirse varios corolarios de esta ecuación, por ejemplo éste: nuestra época se entrega al demonio de la velocidad y por eso se olvida tan fácilmente a sí misma. Ahora bien, prefiero invertir esta afirmación y decir: nuestra época está obsesionada por el deseo de olvidar y, para realizar ese deseo, se entrega al demonio de la velocidad; acelera el paso porque quiere que comprendamos que ya no desea que la recordemos; que está harta de sí misma; que quiere apagar la temblorosa llamita de la memoria."

La lentitud- Milán Kundera

lunes, septiembre 3

Boquitas pintadas

                              Voy a sacar de vos mi presencia, voy a brillar por mi ausencia 

voy a cantarle a la libertad, no quiero verte nunca más. 
Quiero escupir todo lo que siento, quiero perderme en tus sueños, 
voy a pedirte, el mundo. 

This is not about love, cause I'm not in love, in fact I can't stop falling out.

No quiero saber más nada de vos. 
Basta. 
No me cuenten, me dan demasiado material, material que es utilizado por mi cabeza. Es peligroso. Alimenta fantasías, pensamientos, historias con las que me entretengo en el camino del subte a mi casa, de mi casa al subte. 
No me cuenten, hagamos de cuenta que no pasó. Lo que pasó una vez es como si no hubiese pasado nunca. Con esa teoría me absuelvo de mi última regresión y puedo tener un registro impecable. En serio, no quiero. No quiero pensar que no hay otra forma. No quiero pensar que no me va a volver a pasar. 
(Y es que en el fondo lo pienso).