domingo, noviembre 20


Huírle a la realidad. Escapar de ella sólo por una noche. No afrontar la sensación que aquél suceso dejó en mí. Ignorar todo. Estar presente, y a la vez no estar. Perder recuerdos. No entender nada, que no haya nada para entender. Perderme en una dimensión paralela. Tambalear al caminar. Reírme a más no poder. Bailar hasta caerme. Saludar eufóricamente. No estar pendiente de nada. Actuar como si nada nunca hubiera pasado, como si toda esa gente me agradara y como si nunca fuese a despertar. Que mis actitudes no sean tomadas en serio, que dejen ser, que nadie se preocupe. Vivir la vida. Disfrutar aunque sea efímero, aunque al otro día ya no quede nada. Y sobre todo, no gastar una milésima de segundo pensando en cosas que puedan arruinar todo lo anterior. Esos son mis planes para hoy.

miércoles, noviembre 9


Y me quedarán los restos de una noche que creía eterna
pero ayer es sólo ayer y hoy yo quiero en sueños descansar.

lunes, noviembre 7

pierdo la cuenta ya de todo lo que pierdo



Solía soñar constantemente. Solía vivir para soñar. Era lo único que hacía; dormida, despierta, sobretodo despierta. Su mente no paraba un segundo y podía imaginar enormes historias en cuestión de segundos. Todo hecho que sucedía a su alrededor podía ser usado para convertirse en la más loca de las historias. Encontraba inspiración en todas las cosas y aunque a veces pasaba más tiempo en la fantasía que en la realidad, se entretenía con sus propias ideas de ficción y personajes imposibles.
Jamás tenía tiempo ni ocasión de transcribirlas, se le ocurrían en los momentos más inoportunos, y aunque pudiese, no quería contarlas, pertenecían a su cabeza, a su imaginación, y prefería dejarlo así en aquel momento.
Sin embargo, en el presente se arrepentía, lo lamentaba terriblemente. Porque al tratar de buscar en su cabeza alguna de estas miles de millones de ideas, todo lo que encontraba eran grandes vacíos. Ya no quedaban rastros de todas esas historias que en otro tiempo sobrepasaban la capacidad saludable en sus pensamientos.
Se volvía loca tratando de recordar y al no poder hacerlo intentaba con todas sus fuerzas volver a inventar, volver a liberar a su imaginación, a extender los límites normales. Pero no funcionaba, no había caso, lo había perdido. Solía ser algo espontáneo, algo incontrolable, pero ya no más. Por mucho que quisiese ya no podía refugiarse de sus problemas en esa enorme nube de fantasía. Tenía que buscar algún otro recurso para hacerlo, y sólo podía empeorar..