domingo, noviembre 20


Huírle a la realidad. Escapar de ella sólo por una noche. No afrontar la sensación que aquél suceso dejó en mí. Ignorar todo. Estar presente, y a la vez no estar. Perder recuerdos. No entender nada, que no haya nada para entender. Perderme en una dimensión paralela. Tambalear al caminar. Reírme a más no poder. Bailar hasta caerme. Saludar eufóricamente. No estar pendiente de nada. Actuar como si nada nunca hubiera pasado, como si toda esa gente me agradara y como si nunca fuese a despertar. Que mis actitudes no sean tomadas en serio, que dejen ser, que nadie se preocupe. Vivir la vida. Disfrutar aunque sea efímero, aunque al otro día ya no quede nada. Y sobre todo, no gastar una milésima de segundo pensando en cosas que puedan arruinar todo lo anterior. Esos son mis planes para hoy.

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